MÁSTER
EN PSICOLOGÍA
Me gustaría
aprovechar la oportunidad que me brinda mi amigo Machote para dedicarle unas
palabras al fútbol femenino.
Empecé allá
por el año 2008 a
trabajar con mi inseparable amigo Sergi en el C.D. Achamán. Todo era nuevo para
mí, preparar físicamente a un equipo de chicas era un reto porque la imagen del
preparador físico está unida a ser el malo de la película. Espero que en todo
este tiempo las haya convencido de que no es así.
Aprendí con el
Míster (Sergi) algo que es muy cierto, el fútbol femenino es diferente. No por
la metodología de trabajo, ni por la forma de jugar, si no por el carácter de
las jugadoras. Necesitas un máster en psicología para entender ciertas cosas.
En todas estas
temporadas tuve la suerte de trabajar con grandísimas jugadoras que me han
hecho crecer, que han hecho que me exija mucho más. Y desde luego la suerte de
trabajar con Sergi, él me enseñó lo que sé de este mundillo. Ya sabes que fui,
que soy y que seré tu preparador físico. Pero si tuviese que elegir una
temporada en cuanto a lo futbolístico elegiría la pasada.
Recuerdo una
reunión con el Míster en la cual me convenció de que podíamos hacer un equipo
que pelease por el título, y así fue. Comenzábamos la temporada en Agosto con
jugadoras con poco nombre pero con una gran capacidad de sacrificio. Decidimos
apostar por un equipo basado en el poderío físico y la exigencia táctica, que
presionase mucho y arriba y para ello el Míster me dio absoluta libertad para
trabajar. Creo que cumplí con lo que me pediste Míster. Convertimos al Achamán
en mi querido Atlético de Madrid en cuanto a trabajo físico – táctico,
y conseguimos que buenas jugadoras fueran excelentes. Les hicimos creer que
podían conseguirlo, y sin duda lo consiguieron.
Pero esa no
fue mi sorpresa, porque con el cuerpo técnico que teníamos era imposible
fallar; y ya ni hablar del compromiso y actitud de las jugadoras,
sobresaliente. Mi sorpresa fue que en vez de ser un reclamo para incorporar
jugadoras fue absolutamente al revés. Desde luego somos un equipo humilde, con
un presupuesto más que limitado, pero donde el cariño y el respeto por nuestras
jugadoras es máximo. Les hemos proporcionado todos los cuidados necesarios con
nuestro fisioterapeuta, siempre dedicado a ellas y que asiste a todos los
entrenamientos y partidos. Disponen de un preparador físico con material de
trabajo al alcance de nadie, con métodos de trabajo modernos y dinámicos y por
supuesto entrenador de porteras. Y qué decir de nuestro Presidente, no tengo
palabras para describir su compromiso con este club.
Pues esto no
es suficiente. Yo lo comprendo, hay oportunidades que no se pueden dejar pasar
y hay que aprovecharlas porque puede ser que el tren pase una vez sola, pero
creo que el cariño y el respeto han de ser recíprocos. Una despedida, una
charla con mis compañeros/as, un abrazo, una molestia en asistir a un
entrenamiento o partido y decir unas palabras al grupo dicen mucho de una
persona.
Piensen que la
compañera que se va es la que menos sufre, porque ha decidido irse. La que
sufre es la que se queda; si, esa que se queda y sudó y sufrió con ustedes en
los jodidos entrenamientos del preparador físico, esa que llevó el mismo escudo
y la misma camiseta, esa que les defendió en los momentos malos y disfrutó en
los buenos, esa que creyó en ustedes y que ahora se queda vacía, sin una
explicación.
A esas
compañeras que se van y que se fueron desearles lo mejor
y que esperamos nos recuerden con cariño y aprecio.
A esas
compañeras que se quedan decirles que hay que seguir adelante, que de todo se
aprende y que en los momentos difíciles es cuando hay que tirar del equipo, es
cuando nuestro carácter debe salir a luz. Sepan que todos estamos aquí con
ustedes, y yo más que nunca.
No todo vale
en la vida. Siempre les tengo presente a mi gente que “es de bien nacido ser agradecido”.
Pero bueno,
igual el raro soy yo. Así que anotaré en mi agenda hacer ese máster en
psicología por si acaso.