Coincido absolutamente con lo dicho por mi amigo Machote en
lo concerniente a la Selección Canaria. Y lo digo por experiencia propia.
Me llamo Marcos y soy
preparador físico del C.D. Achaman. Puede ser que en la Selección haya acomodo, desidia o cualquier palabra que
denote dejadez pero lo más irritante y sorprendente para mi es que hay una
falta de coordinación y disciplina absoluta por parte de quien sea que la
dirija (que yo no lo sé).
Y me remito a los dos partidos
que disputamos en el campo del Goro en el cual nos citan a una hora
determinada, se convocan a nuestras jugadoras que por cierto estudian y
trabajan y hacen un esfuerzo tremendo para estar a la hora que ellos dicen,
para que luego una hora y cuarto mas tarde salen a calentar para jugar el
partido cuando mis jugadoras llevan ya 50 minutos en el campo esperando por
ellas. Aún encima ni tan siquiera disponían de balones ni agua, que llegaron
mucho más tarde. Para mí es una falta de respeto y de disciplina, y créanme que
eso lo ven las jugadoras.
Hablo con suficiente
experiencia deportiva para asegurar que un equipo sin disciplina y organización
está destinado al fracaso absoluto. En este caso es culpa de la organización de
estos eventos, sea por parte de la federación o del propio cuerpo técnico, no
lo sé.
He escuchado más de una vez que
las jugadoras llegan a la selección mal o poco formadas. No dispongo de esa
información y quizá sea cierto. Pero ustedes forman parte de la federación y
tienen voz y voto para que el fútbol femenino se organice y se estructure mejor
porque permítanme decir que jamás he visto tal despropósito organizativo en mi
vida, siendo esta una opinión estrictamente personal y no vinculante con el
club al cual pertenezco.
Es muy fácil culpar al árbitro
de la derrota y no minarnos el ombligo y pensar que quizá, a lo mejor, es
posible que tengan un poco de culpa en todo esto y siempre la tengan los clubs.
No creo que exista ningún
entrenador o preparador físico que no tenga la intención de formar y preparar
lo mejor posible a sus jugadoras y sacarles el máximo rendimiento. Pero claro,
ustedes entrenan con 20 ó 22 jugadoras y disponen de capacidades que otros
clubes no tienen. Eso hay que valorarlo y no justificarse amparándose en ese
hecho.
Ustedes tienen entrenador,
ayudante, preparador físico para valorar lo que tiene y no tiene esa jugadora
seleccionable. Creo o me imagino que cobran para realizar esa clase de trabajo
y proponerle a esa jugadora que presente en su club una ficha de trabajo con
sus necesidades.
Esto puede ayudar tanto a la
jugadora como al propio equipo en tener otra dinámica de entrenamiento. Otros
equipos sólo disponen de entrenador, comprendan eso.
Todos estamos en el mismo
barco, si nosotros hacemos bien nuestro trabajo, ustedes tendrán el resultado
que quieren. Ayudémonos todos, no nos alejemos unos de los otros.
Les puedo asegurar que mis
jugadoras me respetan porque mi trabajo es disciplinado, organizado,
planificado y nunca aleatorio no por lo que les grito o castigo. Ellas se
contagian de mi disciplina como persona y por el trabajo que hago, eso lo ven y
es lo que más respetan.
Cuando trabajan conmigo
físicamente en el entrenamiento saben para qué es cada ejercicio, que zona
trabajan y que mejora en su rendimiento en el partido obtendrán. Y cuando
trabajan con el mister saben que aspectos tácticos quiere conseguir con ese
ejercicio. De igual manera las porteras con su entrenador. Así que si nosotros,
que somos un cuerpo técnico muy joven somos capaces de estructurar un equipo
así y obtener muy buenos resultados, que podrán hacer ustedes si disponen de
las mejores jugadoras y de una experiencia futbolística al alcance de pocos. No
siempre tienen porque jugar un partido cuando convoquen a las jugadoras, hagan
un entrenamiento y organícenlo tácticamente y enseñen de paso una forma de
trabajar que puedan trasladar a sus respectivos equipos. Enseñen sus
capacidades en vez de criticar a quien puede aprender de ellas.
Si se quiere resultados, la
jugadora tiene que respetar y creer en dos cosas: en la camiseta que viste y en
el cuerpo técnico.
En este caso, créanme que una
cosa ya la tienen porque he tenido la suerte de representar a mi tierra y
vestir la camiseta de mi selección y esa sensación no se olvida.
Mis jugadoras no son distintas
a las de cualquier otro equipo, quieren lo mismo y juegan y entrenan para lo
mismo. Por lo tanto, preocúpense por dar mejor imagen y que vean que ustedes se
preocupan por ellas, vayan a ver sus partidos y felicítenlas por lo bien que lo
hacen, que ellas vean que su esfuerzo y su trabajo vale la pena, y que vestir
la camiseta de su tierra es un orgullo inigualable que sólo las que más se
esfuerzan lo pueden vivir.
Unámonos todos con el fútbol
femenino, porque en definitiva ustedes jamás tendrán buenos resultados si
nosotros no hacemos bien las cosas. Así que aunque sea por propio egoísmo
pongan cartas en el asunto porque esto ya sobrepasa los límites de lo
aceptable.