D. Juan R. Salvadores Canedo, entrenador del C.D. Tarsa
NECESITAMOS
MUJERES ARBITRANDO ¡¡YA!!
Muchos jugadores y entrenadores de fútbol opinan que el
mundo de los árbitros es algo ajeno, opaco, algo de cuyo contacto hay que huir
en lo posible. Yo pienso –o pensaba- de forma diferente. Tender puentes y
convivir me parece –o parecía- muchísimo más constructivo. He tenido, además,
la suerte de trabajar en el fútbol de otros países y he visto, con enorme
placer como árbitros, jugadores, entrenadores, directivos y familias se sienten
parte de una empresa común y luchan para sacar el fútbol adelante. Cuando he
organizado Jornadas de Actualización siempre he invitado a algún colegiado a
participar, y así lo han hecho varios, desde miembros de la plantilla arbitral
de élite hasta los más modestos de divisiones inferiores. No me arrepiento de
ello. Pero en adelante me lo pensaré, si se da el caso. He acabado por llegar a
la misma conclusión de esos jugadores y entrenadores que cito al inicio. Los
árbitros no quieren participar del común deportivo. Al menos en España.
Habiendo, pese a todo, muy buenos colegiados, digamos que
los malos se detectan rápidamente. Arbitrar fútbol, digan lo que digan, es
fácil. Muy fácil. Si se tiene carácter, se conoce el juego y se es honrado.
Sucede que tenemos un problema, y es que la propia Organización arbitral, con
su extrañísima legislación sobre edades, promociones y jubilaciones de
colegiados aún en plena forma física y con notable madurez personal, es la
primera en poner piedras en el camino de los mejores. Sus absurdas normas que
–de hecho- impiden que una persona que se inicie arbitrando después de los 18 ó
20 años pueda acceder a las categorías más altas son una losa. Impide el acceso
al arbitraje de ex jugadores, que garantizarían, cuando menos, el conocimiento
del juego y de lo que se mueve en un campo de fútbol. Lo del carácter y la
honradez ya son otro tema….pero si al menos aseguramos un conocimiento del
deporte, un “saberse poner en el lugar del jugador” (virtud que brilla por su
ausencia en muchísimos árbitros, incluso de primera línea), ya daríamos un paso
adelante. Los Comités de Árbitros no quieren abrir esta vía. Una prueba más de
su opacidad. Como cuando sentencian “sin
errores arbitrales se perdería la salsa del fútbol”. Idiotez suma. Lo que
hace una actividad atractiva son los aciertos, la búsqueda y hallazgo de la
perfección, nunca los errores. Si yo dijera que la salsa del fútbol son los
errores de los jugadores y entrenadores, sería el hazmerreír del Globo. Con
razón.
Volviendo a lo de
detectar a los árbitros incompetentes, una de las maneras más fáciles –que no
la única- es verles pitar en Liga Nacional de Juveniles y en las Ligas
femeninas. Es habitual que los que se confunden, se cohíben, se asustan y se
frustran, en suma, arbitrando adultos, se venguen machacando sin piedad a los
Juveniles de los clubes. Con niños suelen ser “clementes” –menos mal -, pero ya
con muchachos que se afeitan dan salida a las frustraciones acumuladas y se
pavonean sin disimulo.
Pasa exactamente lo mismo en los partidos femeninos.
Colegiados que parecen gallinas asustadas dirigiendo a hombres, se transfiguran
como por ensalmo en los machos más machos, en auténticos “gallos de corral”.
Lamentable, indignante. Casi tanto o quizá igual que la otra versión: la de los
que arbitran chicas con una actitud displicente, abandonada, como a disgusto,
pasándose por el forro el Reglamento. Paternalistas a veces, distraídos
otras…patético, indignante.
No son todos los
árbitros, porque no todos son tan incompetentes. Los hay excelentes, que incluso sacan partidos
adelante sin ayuda de jueces de línea, porque arbitrar es fácil y arbitrar
mujeres aún lo es más, a pocas neuronas que se posean. Pero hay demasiados
árbitros nefastos dejando su huella de patanes en las competiciones femeninas.
Siempre digo que necesitamos urgentemente entrenadoras. Pero también
necesitamos árbitras…si esta palabra existe.
Y las necesitamos YA.
Juan R. Salvadores Canedo. Entrenador CD TARSA.